Creo que no llevo ni siquiera tres semanas desde que decidí cambiar la forma en cómo me relaciono, preocuparme más por las personas que tengo alrededor, cultivar los lazos de familia, con mis amigos y mantener una comunicación regular. Ha sido espectacular estar al tanto de los momentos, sentir las alegrías, tristezas, noticias, actualizaciones o simplemente hablar.
Fue como abrir una puerta a un mundo nuevo, un mundo más grande, lleno de cosas que no sabía que me harían sentir tan bien, de aprender cosas nuevas y de obtener una perspectiva muy enriquecedora respecto de cómo ocurren los eventos en las distintas vidas a mi alrededor, que increíble todo esto que me estaba perdiendo.
Esto puede sonar tan básico..., tan elemental, pero no fue sino hasta hace unas semanas que realmente comprendí que yo soy mucho menos cuando estoy solo y por eso no tengo que aislarme, sino al contrario ser proactivo a comunicarme. Y fue recién ayer que caí en cuenta de la inmensa parte del universo que se abre cuando estás en conexión regular con otras personas.
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