sábado, 6 de abril de 2024

LAZOS AFECTIVOS, DUREZA, INDEPENDENCIA


Estaba hablando con un amigo respecto de cómo me relacionaba con mi perrita y él me decía que la estaba humanizando siendo tan cariñoso con ella y no la estaba preparando para la dureza de la naturaleza. Y en el extremo de los ejemplos, ¿Qué pasa si me muero?, ¿qué será de ella?. 

Él tiene una historia similar a la mía y me vi reflejado en sus palabras, eso sí, en mi antiguo yo.

En algún momento yo pensaba que la vida era mayoritariamente dura y cruel, por lo tanto, había que ser duro, los sentimentalismos eran una debilidad que era necesario disminuir a su mínima expresión.

Y en esa dinámica fue mi relación con mi hijo de pequeño, por eso, nunca hice una conexión emocional.

Luego el me comentaba que los niños posteriormente, cuando adultos, logran reconocer el valor de la dureza y de las cosas que les lograste proveer.

En esa conversación me recordé a mí mismo cuando pequeño, cuando pensaba en que hubiera sido mejor ser adoptado incluso por la familia más pobre, pero que me quiera, a tener cosas.

(A todo esto, ese tipo de cosas actualmente las recuerdo, después de hacer el proceso de revisión de toda mi historia para corregir mi conducta. Cuando estas ensimismado viviendo no cuestionas tus conductas, simplemente eres)

Y volviendo, de que vale la dureza si finalmente no construyes una relación, de que vale preparar a alguien para cuando no estés, si en la vida misma finalmente resulta como si no estuvieras.

Entonces, con que me quedo, cual es la moraleja, entre lo perdido y los errores.  

Hay que disfrutar la vida con todos los lazos, hay que cultivar los lazos de cariño, con cariño, disfrutar la cercanía y sin duda hay que enseñar independencia, pero no dureza, que son cosas totalmente distintas.

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