Estaba viendo una película muy inspiradora y recordé unas palabras que escuché una vez de un cantante de música católica, jajajaja, sí.
Fernando Leiva se llama, esto debe haber sido hace por lo menos 15 años, recuerdo que él contaba la historia de como se había convertido en cantante de música religiosa.
Decía que, si ya era difícil vivir de la música, era aún más complicado de la música religiosa.
Y comentaba que por mucho tiempo estuvo con un pie en su apuesta de ser músico y otro en su vida de trabajo formal.
Hasta que con mucho miedo decidió dar un salto de fe, confiar en que todo saldría bien y perseguir lo que sentía que era su propósito.
En ese tiempo yo aun no tenía claridad de que quería hacer, pero su historia me hizo pensar.
Y bueno..., ahora voy en el aire, di ese salto de fe...
Deje a un lado mi carrera profesional para investigar y descubrir lo que realmente quería hacer.
Pero algunos sacrificios de estabilidad que hice, de vez en cuando me hacen cuestionar si volver o no al camino profesional qué llevaba. Hoy no estoy mal, pero podría estar extraordinario, y ese costo, de lo que hubiera podido ser, me esa inseguridad tangencial.
Ahora me siento al medio del camino, como si fuera en un 60%, cuando la sensación que tiene más sentido para mí es avanzar, pero aun es hacia un resultado incierto, sin ninguna garantía.
Creo que lo que me genera esta inseguridad es que alcancé una meta de éxito profesional, la deje por incertidumbre y aún incierto si dará el resultado que me gustaría tener. Y si bien con algo de esfuerzo podría retomar el "éxito profesional", no sería al mismo nivel y no sé si sea necesario realmente.
Pero bueno, voy en el aire en este salto de fe, sólo me queda confiar en que, en mi interior, siento que es el camino para mí, y confiar en eso a lo que yo llamo mi Dios.
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