domingo, 27 de mayo de 2018

EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO DE LA PELLEJERIA


Recuerdo la primera vez que me sentí espectacularmente bien, todo financieramente tranquilo, familiarmente tranquilo, buen lugar para vivir, acceso a todas las cosas que necesitara comprar y sin deudas comerciales.

Ese día estaba sentado en el balcón, admirando el cerro San Cristóbal y disfrutando una taza de café de grano recién preparada, ufff, todo lo que necesitaba para ser feliz.

Y mientras disfrutaba de esa epifanía, de pronto llegó un pensamiento de temor y me dije:
"Estoy muy bien, me siento muy bien, mmm..., aquí hay algo extraño, algo malo va a pasar..."

Con esa sensación estuve un par de meses, luego paso el tiempo y finalmente nunca llegó ese momento malo que se supone era "necesario" porque "así es la vida".

Tiempo después me di cuenta de donde venía ese miedo, y es que si pasas mucho tiempo en pellejerias, te resultan extraños los tiempos de paz. Algo así como un síndrome de Estocolmo, pero de las pellejerias, estás como en espera de esa "normalidad problemática", lo cual es una estupidez obviamente, ya que no te permite disfrutar de verdad los momentos.

Pero aún más importante que la posibilidad de disfrutar al 100% los momentos, son las consecuencias de creer que algo es verdad cuando no lo es. 
Es trascendente, porque uno toma decisiones en base a lo que cree y si estas con el temor de esa "desventura normal de la vida", probablemente no sea "la vida" ni "el destino", ni "el pasado", sino tus mismas decisiones las que generen el problema.

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