Yo siempre cuento el cumpleaños como si fuera el año nuevo, el día en que llegaste al mundo.
Este año que pasó fue extraordinario, descubrí quien soy a un nivel de detalle que me deja totalmente satisfecho, no tengo ninguna otra duda existencial, es una tranquilidad qlia increíble, es difícil de describir, pero quizás sería para el que sobre piensa, como si se apagaran esos pensamientos.
En el aspecto laboral, logré incorporarme en un mundo que combina mis intereses personales, mis aspiraciones comerciales, mis habilidades de liderazgo y resolución de problemas.
Me reintegré al mundo del amor, de una de las formas más épicas que podían haber, y con una claridad para darme cuenta de lo que estoy sintiendo que me ha permitido disfrutar todos los pequeños detalles.
Ocurrió mi primer video viral qué me enseñó que simplemente tengo qué ser yo mismo.
Y tuve la oportunidad de realizar de corazón un cierre familiar muy sano y positivo.
Ha sido un año realmente extraordinario. Y le doy gracias a eso a lo que yo llamo Dios por permitirme vivir esas experiencias.
También hubo cosas malas obviamente, de hecho, me tocó vivir dos situaciones extremadamente desagradables, las dos con un origen similar, un patrón de decisiones que me llevaron a involucrarme y construir relaciones interpersonales tóxicas.
Pero más allá de lo negativo, también fueron una oportunidad para determinar cuáles eran las decisiones que me estaban conduciendo a esas situaciones.
Y esta parte la quiero compartir por si a alguien le sirve, hablaba con un amigo de como a veces uno está “acostumbrado” a situaciones tóxicas, quizás por las historias familiares, como si en algún grado te sientes atraído a eso. Tu raciocinio entiende como todo puede terminar mal, pero aun así te quedas ahí.
Y en esa conversación me di cuenta de que el problema tiene que ver con que no estás apreciando lo suficiente la tranquilidad, la alegría, la estabilidad, la armonía, el sentirte bien y la buena convivencia como algo fundamental, tan simple como eso.
Suena muy básico, pero al que está a punto de entenderlo le hará sentido, es tan simple como aprender a realmente valorar la tranquilidad. Y ahora siento que tengo la claridad para hacerlo.
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