martes, 19 de marzo de 2024

DOMESTICAR


Yo tenía la impresión de que la adopción de Laniakea iba a provocar un impacto en mi forma de ser.

A todo el que me ha preguntado porque la adopté les comento que una mitad es porque quería y la otra porque quizás a nivel subconsciente, sentía que lo necesitaba.

Y que increíblemente cierto ha sido.

Uno de mis grandes defectos y que por mucho tiempo he buscado mejorar, es la expresión del cariño.

No es algo fácil, yo lo asocio al ejemplo de cuando alguien va a la guerra, algo de esa persona se daña en esa guerra y al volver, para recuperarse, requiere por una parte comprender la realidad de sus experiencias, sus porqués, y luego vivir un proceso de rehabilitación.

Y ese es mi caso con el cariño, en algún momento me tuve que endurecer demasiado, y se dañaron varias partes de mí, por lo que fue una odisea, primero descubrir quién era yo antes de eso, y luego, desde la amalgama que forjan las experiencias vividas y lo que eres, determinar qué es lo que podía llegar a ser.

Después de un largo proceso, ahora solo me queda rehabilitar mi capacidad de entregar cariño.

Y en esta parte entra Laniakea, una demandadora de cariño y atención constante, que nunca acepta un no, y al contrario, invade absolutamente todos mis espacios, comiendo, durmiendo, en el baño, cruzándose en mis pasos, obligándome de forma pacífica, con enojo o a mordidas, a participar en sus juegos, ya sea activamente o como mesa apoyada en mis pies.

Hace un tiempo descubrí que, para resolver el problema, un 95% es practicar la entrega de cariño y un 5% entender que es necesario practicarlo.

Solo van un par de meses y ya siento el impacto que ha tenido Laniakea, ha quebrado barreras, me ha suavizado, he cedido, me hace ilusión pensar como estaré dentro de un año, tengo la sensación de que en cierto grado Laniakea me ha domesticado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario