jueves, 31 de agosto de 2023

DOS MUNDOS, LA MISERIA Y EL BIENESTAR

 


Necesito hacer las paces con mi pasado, creo que lo que me ocurre es que, comencé a vivir una nueva vida, pero como la raíz de mi vida nació desde la miseria, es imposible separarme completamente de la pellejería. 

Y quizás lo representa algo que ocurrió cuando visite Australia o Europa, vi países tan desarrollados, con muchos problemas resueltos, un agrado para el que quiera vivir en tranquilidad, pero, con una cultura distinta, en la que no necesariamente podría sentir alguna vez como totalmente mía. 

Ahí me di cuenta de que yo era hijo del tercer mundo, mis raíces me atan al subdesarrollo, no porque me guste, sino porque mi vida se desarrolló distinta a la de una persona en un país desarrollado y eso me mantendría siempre en una sensación de inmigrante. 

Y eso no me gustó, lo vi de hecho en muchas personas que siempre hablaban de sus países de origen con nostalgia, y yo pensaba, yo no quiero vivir con una nostalgia permanente y acepté la idea de que pertenecía al tercer mundo y que tenía que construirme una vida agradable. 

Ahora tengo que aceptar que, si nací desde la miseria, jamás me podré desconectar totalmente de ella, siempre vendrá de vuelta, algún pedacito de mi historia que se conecte con alguna pellejería, que no necesariamente afectará la forma en como desarrollo mi vida. 

Pero que, si estará ahí, recordándome que pertenezco a dos mundos, el nuevo, donde soy un inmigrante y al de la miseria donde nací. 

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