domingo, 16 de julio de 2023

LO IMPORTANTE, LA VIDA, LA MUERTE, LOS MOMENTOS



Cada vez que pienso en la muerte, hago un repaso mental sobre el sentido de lo que estoy haciendo al momento. 

Evalúo si mis sueños tienen asidero en la realidad, luego si la lógica de mis decisiones tiene alguna lógica y por último si mis decisiones están alineadas con mis deseos. 

Si todo eso está en check. Evalúo cuantas de las acciones que debo ejecutar para cumplir mis deseos están ocurriendo, luego si todas las acciones que están a mi alcance de decidir están alineadas a cumplir mis deseos. 

Y finalmente la parte en la que siempre detecto fallas, es que tan rápido estoy ejecutando esas acciones, que tanta urgencia le estoy dando, que velocidad es la que estoy aplicando. 

Generalmente el resultado es una presión al acelerador. Siempre tengo que estar chequeando mi velocidad para ir despejando y aumentando, pero creo que es algo totalmente normal. 

No tendría sentido para mí trabajar para una meta en la vida, si el proceso significara perder lo más preciado que tiene, que es vivirla. Sería una de las peores paradojas, perseguir algo en la vida, para perderla al mismo tiempo. 

Recuerdo cuando no tenía nada claro de que hacer ni donde ir, que desagradables esos tiempos. 

Hoy tengo clarísimo donde voy, eso sí, siempre voy más lento de lo que me gustaría, pero a la velocidad justa para disfrutar los momentos. Es el costo/beneficio, todo tiene un costo. 

Una nueva evaluación, Check, si me muero mañana, me muero tranquilo de ir por el camino correcto y de estar recorriéndolo y disfrutándolo. 

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