viernes, 6 de enero de 2023

APRENDIENDO A SER VULNERABLE



Tiempo atrás haciendo un análisis de mis relaciones afectivas, me di cuenta de que en la expresión de los sentimientos yo me comportaba como alguien tóxico. Necesitaba tener el control absoluto de lo que estaba ocurriendo y cualquier cosa se saliera de mi manejo lo desechaba. 

 Pero llegó por fin el momento en que logré abordar una relación afectiva de forma no tóxica y la clave fue permitirme ser vulnerable, expresar mis sentimientos, siendo sincero incluso con aquello que pudiera significar un contrapié para satisfacer mis deseos. 

 Ha habido dos tipos de mujer con las que me he encontrado, las que me gustan y las que me seducen. Y todas las que me habían seducido, habían terminado odiándome, por mis indecisiones, por mi falta de claridad o porque me gustaba la idea de tener una pretendiente, pero sin tener de mi parte un compromiso a algo. 

 Y la clave fue la verdad, fue no intentar controlar la situación, fue no suponer lo que pudiera pasarle al otro, sino que simplemente expresar lo que estaba sintiendo y lo que podía llegar a sentir. Y fue extraordinario, lamento no haberlo podido entender antes, para no generar tanto sufrimiento, pero, cada cosa pasa a su tiempo. 

 Por otro lado, respecto de las que me gustan, me ha ocurrido tres veces en la vida, conocer una mujer que me llame la atención de forma integral, es decir, que me guste de forma completa, pero ninguna de esas tres se ha transformado en una relación. 

 La primera fui un estúpido y desaproveché totalmente la oportunidad, la segunda, teníamos una diferencia de edad muy marcada y eso me determinó a no hacer nada. Y la tercera estaba casada con dos hijos, por lo tanto, tampoco hice nada. 

 Siento que, con esto, al menos ahora podré ir disfrutando los distintos momentos de manera más sana, y sin tener la necesidad de cerrarme a probar, que era lo que me detenía antes para no hacer daño. Mientras espero, la cuarta es la vencida. 

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