Una labor desgastante es la de construir tus propios senderos, con nada cierto ni falso o hecho ni dicho, observar el bosque, la pampa, el pantano o el desierto, imaginar tus caminos, tomar la pala y el lápiz, palear tu senda y comenzar a escribir todo eso que quieres creer. Tolerar la molestia del que te mira y de ti mismo, porque desordenas el paisaje, nuestra naturaleza es cautiva de la estabilidad y tranquilidad.
Y siendo sincero conmigo mismo, con muy pocas certezas y un sinfín de inseguridades, soy mi mayor obstáculo, una batalla contra mí, levantarte cuando puedes dormir, trabajar cuando quieres descansar, pensar cuando no quieres hacerlo, quedarte cuando quieres salir, volver cuando quieres continuar, seguir cuando quieres parar, guardar tiempo cuando quieres entregarlo, evadir cuando quieres que ocurra.
Este debe ser el peor anuncio de perseguir sueños, pero quizás ya ni siquiera de eso se trate, sino tal vez de ser fiel a ti mismo, de no conformarte, con la esperanza de algún día sacar esa astilla del alma o de la mente que te perturba e insta a buscar, a encontrar eso que no sabes pero que te llama.
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