Quizás un aspecto positivo de irse y volver, de inventar y reinventarse es la oportunidad de observar lo que ocurre a tu alrededor, bajo dos perspectivas, la del invitado u observador y la del que está involucrado. Las dos aportan cosas valiosas, pero a la hora de entender tus acciones futuras juega un rol valioso la perspectiva del observador. En esa mirada me he percatado de como la vida en muchas ocasiones se desarrolla en ciclos, personas diferentes, distintos nombres y lugares, pero con situaciones y contextos tremendamente similares, tanto así que te parece estar viendo a las mismas personas pero con orígenes y caras diferentes, se producen cambios, sí, cuando en alguno uno de esos ciclos que se repiten tomas una decisión o dirección diferente, lo que da origen a un nuevo ciclo que seguramente se repetirá en el futuro esperando tu nueva dirección.
En algún momento ya había visualizado esto en la historia de los países, guerras, paz, sublevaciones y luego inflexiones del aprendizaje, situaciones que se repiten, en distintas épocas para cada país, pero que son en un contexto macro, totalmente idénticas.
Pensando en esto se deduce con claridad, la historia en general se repite, la historia es construida por humanos, por consiguiente, las historias de cada vida acontecen en constantes ciclos.
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