MI SWEET SPOT LABORAL

 

Me ha ocurrido dos veces en mi vida laboral estar en una posición tan bien valorada, que me dan una libertad total

La primera vez fue como Jefe de Finanzas en Steward, el gerente general estaba tan contento y confiado con mi trabajo y liderazgo que uno de mis beneficios espontáneos fue que me pude tomar 2 meses de vacaciones, sin ningún tipo de restricción

Y luego cuando dije que iba renunciar para buscar nuevos desafíos (si te tomas 2 meses de vacaciones, ese trabajo ya no es un desafío), el gerente me dijo: “Pero para que vas a renunciar, busca tranquilo, anda a entrevistas y cuando encuentres algo que realmente te guste te cambias”.  

No le hice caso y de ansioso tomé la decisión más arriesgada, igual me fue bien, pero podría haber sido mejor. 

Anoche me paso lo mismo en Red Movilidad (STU), tuvimos un asado de trabajo y por centésima vez me agradecieron el trabajo que he hecho. He liderado una transformación profunda en la forma de trabajo, todo orientado hacia el dato.

Y para lograrlo, he ido capacitando a todas las áreas en las distintas tecnologías que son necesarias para el nuevo tipo de trabajo y lo más extraordinario es que no he tenido que despedir a nadie por no incorporarse al proceso, y eso es increíblemente difícil en un proceso de transformación. Mi liderazgo ha evolucionado muchísimo (y debo decir que fue gracias a lo que he aprendido de la comunidad LGBTQIA+)

La única gente que se ha despedido, son de algunos trabajos que dejaron de ser necesarios. 

Entonces la sensación es que todo el equipo ha crecido profesionalmente, se ha valorado su experiencia y por otro lado la gerencia ha percibido mejoras en la operación y además ahorro.

Y anoche el gerente (que sabe que estoy haciendo un negocio y que ¡¡quiero ser libre!!) (con ese mismo énfasis, jajaja, mi política es transparencia siempre), me dijo exactamente lo mismo, relájate, tomate tu tiempo, anda de a poco, mientras vas haciendo tu proyecto tranquilo

E inmediatamente me acordé de lo anterior y tan vivido que hasta hice como un gesto con la mano de primero una liana y después la otra, absolutamente tomo tu palabra, voy con total tranquilidad. 

Aprendí por fin.