jueves, 22 de septiembre de 2022

TOCANDO MIS SUEÑOS



Estoy imaginando mis sueños hechos realidad, los siento cerca, como si estuvieran a la vuelta de la esquina, como si ya los estuviera disfrutando. 

Pero me da miedo imaginarlos de manera tan viva, es como si los estuviera tocando, pero me da miedo de que la vida pueda hacer algo solo para aterrizarme, sólo para que no esté tan feliz.

Tengo miedo de que solo por una ironía del destino, la vida o Murphy me haga encontrar la muerte solo por bajarme de esta nube de satisfacción.

Pero pensándolo bien, parece que no es la muerte a la que le tengo miedo, sino que quizás es de pronto alcanzar un pináculo de satisfacción del que no se pueda subir más, donde lo único que quede es bajar.

Pero tampoco debería ser eso, ya tengo claro que hay estados de alegría, de satisfacción que se pueden mantener durante años, incluso a la muerte uno se puede entregar con felicidad.

No es la muerte, tampoco es el desgaste de la satisfacción, quizás es simplemente un pequeño remanente del síndrome de Estocolmo de la pellejería, la necesidad de que algo falle, de que algo no resulte, de que exista algún problema.

O quizás simplemente es un mecanismo de precaución de mi sistema límbico para mantenerme alerta y consciente de que vivo en un mundo dinámico, peligroso y en el que es necesario un instinto sano de sobrevivencia.

Yo creo que eso es, creo que es mi instinto de sobrevivencia, poniendo paños fríos para mantenerse atento, conectado con lo que está ocurriendo y consciente de que la naturaleza es implacable, por lo tanto, hay que estar atento, es una ley de la naturaleza.

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