sábado, 31 de marzo de 2018

APLANANDO CALLES


Recuerdo cuando estaba estudiando, alrededor de 15 años atrás, varios curriculums impresos y una mochila, necesitaba trabajar urgente. 
Particularmente me acuerdo de un día en que mediante una pequeña omisión de información, pude colarme al departamento de recursos humanos del banco Santander, me atendió uno de los supervisores, y en ese momento le conté que la verdad, es que me había colado al lugar y que estaba buscando trabajo urgente. Muy amable esa persona, Héctor se llamaba, no sé qué será de él, pero sin conocerme, ni nada, me dijo: "tranquilo, entiendo, no te preocupes, déjame el curriculum y voy a ver qué puedo hacer", te van a llamar en 3 días más.
Al tercer día me llamaron, comencé a trabajar y ese fue el puntapié inicial para toda mi historia laboral hasta el día de hoy, el primer trabajo que perfiló mi desarrollo profesional hacia las finanzas y que me abrió la puerta hacia todos los trabajos que he tenido hasta ahora.


Esta historia la recordé porque hoy en día tengo la urgencia de trabajar y después de que no resultaron algunas postulaciones en las que participé, después de que los contactos para trabajo tampoco resultaron. Tuve que decidirme a volver a esos inicios, aplanar calles, una mochila, varios curriculums y a buscar algún trabajo para esta temporada de emergencia.


Previo a salir, en los momentos en que me estaba preparando, tenía la sensación de que me sentiría desdichado, caminando todo el día, a pleno sol, cansado y cagado de calor.
Pero la sorpresa fue que paso absolutamente lo contrario. Ocurrió cuando visité el segundo lugar, me encontré con un viejito de una recepción que me dijo, pero venga el lunes como a las 10, ahí tiene más posibilidades, ese momento fue importante, porque aparte de la historia, recordé dos cosas que había olvidado, primero que el mundo es mucho más grande que tu entorno y segundo, que en este mundo grande, así como pasa con las hormigas desconocidas que de pronto se encuentran en el camino y después de intercambiar algunas señales químicas, se reconocen. También ocurre con nosotros, los homínidos, que después de intercambiar algunas palabras, se relacionan y de pronto se abren puertas, que quizás un momento atrás parecían cerradas, el poder de relacionarse, comunicarse, de buscar, de ver, de mirar, de tomar el rol de los ratones de "Quien se ha llevado mi queso", la solución está, solo hay que buscar lo suficiente.


Y al contrario de lo que imaginaba, me sentí vivo, me sentí dichoso de tener pies para poder caminar, buscar y recorrer, sentí nuevas energías, y en general creo que me sacudí el miedo de tener que volver al punto cero, de volver a empezar todo nuevamente, de pronto ya todo se llenó otra vez de esperanza, posibilidades y nuevos bríos para arremeter otra vez.

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