jueves, 19 de diciembre de 2019

MI DEBILIDAD




Debo decir que la vida me ha puesto un par de desafíos en donde he tenido que curtir el corazón. Que me han obligado a tomar algunas decisiones duras, optar por algunas personas y dejar de lado otras.
Varias de esas decisiones llegaron a mí sin buscarlas y he detestado las circunstancias que me han puesto en posiciones que son en algún aspecto anti naturales, decisiones que en ningún caso debería tener que tomar y que sin duda en más de una ocasión han generado daños en otros.

Pero así ha sido y en mi evolución como persona para cada uno de esos pasos, el soporte para cada decisión, han sido las herramientas que he manejado al momento de esas circunstancias. Es decir, no hay nada que pueda hacer al respecto, sin embargo, estoy cada vez más consciente del costo que han tenido sobre mi propia humanidad.

Para darle sentido a esas situaciones, para sobrellevar la carga emocional que contiene romper lazos, durante mucho tiempo me convencí que la vida era dura y que lamentablemente había que ser fuerte y en general el sentimentalismo era una traba o una desventaja de las personas débiles de carácter.  
Y aunque puede tener bastante lógica todo eso, y que de hecho ha sido útil para varias etapas de mi vida, tiene consecuencias.

No obstante la necesidad y el deber ser de algunas de ellas, no borran el daño que me han hecho a mi mismo, a mi propia humanidad, a la propia visión de mi mismo y a la exigencia que me impongo.

Mi vida, en mi fuero interno ha sido solitaria y quizás durante el 90% de mi vida, todas y cada una de las decisiones que he tomado, tienen que ver con lo que a mí y solo a mí me ha interesado. En ese 90% del tiempo lo único que me ha importado es sólo lo que yo quiero, en ese tiempo no consideré nunca a nadie más que a mí mismo.

Esa vida solitaria, ese individualismo ha dañado mi humanidad y sobre todo y lo que es el fondo de este pensamiento o lo que quiero resolver es la vara que me he auto impuesto.
Una auto exigencia desequilibrada, que tiene un molde equivocado, basado en una autosuficiencia y desapego falsos, que no existen, sino que simplemente corresponden a una invención, un auto engaño, que desarrollé en el momento que lo necesitaba.

La realidad, lo verdadero, lo que tengo que asumir y abrazar, es que soy débil, fallo, me equivoco constantemente, no soy autosuficiente, necesito de la ayuda de otros, y no hay nada malo con eso.