Todas las decisiones que he tomado hace un par de años, bajo mi punto de vista han sido espectaculares, porque me han llevado a donde estoy hoy. Un momento en que siento que representa lo que realmente quiero hacer y me conduce al lugar que quiero estar.
Pero en medio de todas esas decisiones, hay una inmensa cantidad de ellas que han sido parcialmente buenas o estúpidas desde la perspectiva de que eso parcialmente negativo que han tenido, en la mayoría de los casos hubiera sido completamente evitable.
Algunas de las características que más aprecio de mí son la perseverancia, la voluntad intensa y la valentía de no dejar que el miedo detenga mis pasos.
Sin embargo, son esas mismas características que me juegan una mala pasada, por la ansiedad de ejecutar pronto mis decisiones y ese es mi problema, la ansiedad de ejecutar, ahí es cuando se nubla un poco mi pensamiento y dejo de ver con claridad el mediano o largo plazo, el 90% de mis decisiones se pueden ejecutar sin daños colaterales, pero en la práctica quizás el 50% o 60% de las decisiones que tomo, vienen con algo parcialmente negativo, solo por estar apresurado.
Maldita sea, eso es algo que tengo que resolver, poner calma, planificar, visualizar, verificar las distintas alternativas que cumplirán el mismo objetivo y luego ejecutar la decisión en el momento preciso, no antes.
